"Si su intención es llegar a algo en esta vida, no se quede atrás, temblando y pensando en el frío y el peligro; sino salte y trepe y hágalo lo mejor que pueda". -Robert Cushing

Uno de los componentes de una comunicación efectiva es simple: saber escuchar. Escuchar verdaderamente lo que la otra parte está diciendo. Usted gana respeto, credibilidad y confianza cuando es un efectivo y honesto oyente. Escuchar a conciencia, rigurosamente, también le permitirá responder sinceramente a lo que otra persona está diciendo. Esa respuesta será apropiada y relevante y probará que usted estuvo escuchando con atención.
Hay muchos tipos de oyentes, que pueden o no ser conscientes de su propio estilo de comunicación, el cual puede ir no sólo en detrimento de su mundo de negocios sino de sus interacciones en sus rutinas diarias. La clave es que objetiva y honestamente se preste atención a uno mismo y se distinga si uno puede ser esa clase de oyente.
Si uno está preocupado, posiblemente proyecte señales visuales de eso. Por ejemplo, cuando uno está constantemente mirando alrededor, da la impresión de que no está prestando atención. Si nos damos cuenta de eso, necesitaremos esforzarnos por dejar de lado otros pensamientos y tareas, asegurándonos de mantener el contacto visual todo el tiempo.
Hay otros oyentes conocidos que parece que se “desconectaran”, lo que se puede leer como falta de interés y, además, se ve reflejado en su rostro. Así como el contacto visual es extremadamente importante, también lo es el hacer preguntas que lo involucren en la conversación para mantener el hilo de la misma.
Algunas personas sin embargo, hacen preguntas... ¡muchas preguntas! Esto podría ser un síntoma de que están o muy entusiasmados acerca del tema o que lo que no considera importante lo que la otra persona está diciendo. Si usted nota esta característica en sí mismo, pida disculpas y permita a la otra persona que continúe con lo que está diciendo.
El oyente activo es el que no se distrae, que está atento, que su cuerpo, mente y corazón está comprometido con lo que se está comunicando.
En el mundo de los negocios actual, esto es fundamental. Y no sólo en en los negocios: las personas apreciamos a quienes nos escuchan verdaderamente.
En toda relación existen desacuerdos. La mayoría de ellos pueden ser resueltos fácilmente. Pero, ocasionalmente, los vínculos pueden ser fortalecidos sólo por medio de un esfuerzo consciente y mutuo para llegar al acuerdo.
Acepte el desacuerdo. Recuerde el eslogan: "cuando dos socios siempre están de acuerdo uno de ellos no es necesario". Si hay algo que se le ha pasado por alto, agradezca a quien se lo recuerde.Quizás este desacuerdo es su oportunidad de corregirse antes de cometer un grave error.
Hay muchas habilidades que las personas emplean al tratar de negociar soluciones para un problema, un desafío o un desacuerdo. El mejor resultado en el proceso de negociación es cuando ambas partes pueden llegar a un compromiso. La flexibilidad es la clave para el compromiso. Esto implica la habilidad de generar ideas alternativas e involucra muchas situaciones diferentes, dentro y fuera del mundo empresarial. Puede ser que alguien presente una idea con la que la otra parte no esté de acuerdo; ó que una de las partes no puede conciliar con la otra por una cuestión personal, el punto es que todos los días y a cada momento debemos lograr el compromiso y llegar a un acuerdo en distintas cuestiones.