¿Cuántas veces hemos estado en una reunión
o en una llamada telefónica y nos quedamos “en blanco”, no pudiendo recordar el nombre de
alguien? ¿Es Silvina o Silvana? ¿Julio o Julián? ¿Roxana o Romina?
El no poder recordar el nombre de alguien
no sólo es vergonzoso, sino que para algunas personas puede hasta resultar
insultante que los confundamos con otros -y puede dañar seriamente nuestras relaciones de
negocios. Dale Carnegie dijo una vez: "El nombre de una persona es para él
o ella el sonido más dulce e importante en cualquier idioma".
Tengamos en cuenta entonces, estos útiles consejos:
En el momento en que conocemos a alguien, démosle
a él o ella toda nuestra atención. Hagamos contacto visual al saludar, al darle la
mano; sonriamos y escuchemos con atención. Que aprender su nombre sea una
prioridad. Tratemos de no distraernos. La habilidad para recordar nombres está
relacionada con el esfuerzo y la concentración; no es una deficiencia cerebral.
No se trata de una repetición sin sentido.
Se trata de, al conocer a alguien, incorporar su nombre inmediatamente en la
conversación, diciéndolo en voz alta por lo menos dos veces, por ejemplo en
forma de pregunta para confirmar que lo hemos oído bien y que lo estamos pronunciando
correctamente, y luego usarlo lo más naturalmente posible, durante la conversación.
Esto es especialmente útil si no estamos seguros acerca de la pronunciación o
la ortografía.
Al hacer una pregunta, no sólo le damos a
la persona la oportunidad de hablar, sino que a la vez tenemos tiempo para
fijar su nombre en su memoria y envía el mensaje de que estamos interesados en
él y lo a esa persona le importa. Una razón por la que a menudo no recordar
nombres es que empezamos a hablar de nosotros mismos. Este error desvía la
atención de la otra persona y nos priva de la valiosa oportunidad de retener y
recordar el "sonido más dulce e importante de su nombre” y fijarlo en
nuestra mente. Para evitar este contratiempo, hagamos una pregunta simple para
conseguir que hablen primero.
A medida que la otra persona está
respondiendo nuestra pregunta, repitamos su nombre en silencio por lo menos
diez veces en nuestra mente. Escuchemos lo que él o ella está diciendo, y asegurémonos
de proporcionar las señales no verbales para mostrar que estamos interesados y
atentos.
Al mismo tiempo que estamos repitiendo en
silencio el nombre, vinculémoslo con algo familiar para nosotros. Cuánto más
extraña y exagerada sea la imagen que visualicemos, mejor. La otra persona
nunca sabrá de esa imagen, de modo que podemos construir una realmente memorable.
6. Concluyamos la interacción usando el nombre.
A medida que nuestra interacción con la
persona llega a su fin, asegurémonos de decir su nombre por última vez. Por ejemplo: "Fue genial conocerte, Mario
y espero que nos veamos otra vez" Después, podemos escribir el nombre para
recordarlo mejor.